3 /5
Valoración media
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Fuimos 4 comenzales un martes, con sòlo 3 ò 4 mesas con clientes. Ùnico mesero amable y con buena actitiud. Sitio con un mesanine agradable. Carta con exceso de "simpatìa" costumbrista tipo don jediondo, osea no es tan original. En cuanto a la comida, pedimos una entrada de chicharron que estaba blandito y grasoso. El amigo que pidiò hamburguesa se quejò del pan. Me detengo en este punto porque he visto que los restaurantes nuevos se preocupan por la carne y los aderezos, pero descuidan el pan, utilizan pan de tienda de barrio comun y corriente. Pedimos unas chatas y una oreada para compartirlas entre dos. Las chatas estaban bien, pero el aderezo de chimichurri deberìan servirlo por aparte para que el cliente lo aplique de forma discresional y tener la opciòn de comerla solo asada. El desastre fuè la oreada, en realidad era un "rejo" incomible, el mesero en defensa argumentaba que asì era esa carne como si fueramos turistas incautos, pero todos èramos santandereanos muy toreados en carnes criollas de los pueblos de nuestra regiòn y en restaurantes locales tradicionales, y la verdad es una idea muy errònea la que tienen en este local acerca de nuestra carne emblemàtica. El servicio estuvo demorado a pesar de la poca clientela ese dìa. Sòlo volverìa a ese restaurante si alguien me invitara, pero no pòr mi propia iniciativa.